Ahí estabas tú
Escondiéndote entre mis sábanas
Como
si ello te librara de mis besos.
Y ahí estaba yo
Perdida
en tu mirada mientras intentaba saciarme poco a poco de ti.
De tus caricias sin freno.
Te tenía al otro lado de mi almohada y no supe hasta ese
instante
Que
tenía el paraíso en mi propio cuarto
Que podía entrar en él como si de cerrar los ojos se tratara
Y que
entre sonrisa y sonrisa podía encontrarte
Encontrarme
Y encontrarnos
Y
sin embargo me perdí, cómo aquel que abre una ventana en un frío día de
diciembre
Esperando saciar su sed de sol de luz.
Pobre
aquel que no se deslumbra al mirarte
sonreír en cualquier día del año
Tu sonrisa
Tu
sonrisa es el puto sol elevado a su máxima altura
Y a nuestra mínima
Calentándonos
las manos y los corazones
Sacudiendo sin parar las sábanas y los colchones.
Dejando
fluir nuestras ganas
Mientras nuestros ojos se miraban
Piel
a piel
Roce a roce.