Tu ausencia se clava en mis sábanas
y mi almohada me llora en el hombro
cuando se da cuenta que no son tus sueños
los que le abrigan cada noche.
Tu llanto me ahoga el alma
y es tu risa la que me empapa el pelo
y son tus besos los que vacían
los conductos que me dejan sin respiración.
Tu mano me sujeta el corazón
y yo no puedo hacer otra cosa
que quedarme quieta
viva a tu lado
para
así
poder
vivir contigo
sin soltarte de la mano
y llenarnos las ganas de los ojos
de saltar al vacío sin miedo
sin más peligro que caer
una
encima
de
la otra.
He de decirte que añoro el olor de tu pelo
y la valentía que siento cuando lo toco al mimarte.
He de decirte que siento frío cuando no me miras
y que me hielo solo de pensarte lejos.
He de decirte que me derrito con besarte lento
que sin ti los domingos parecen lunes
y que contigo
el tiempo
solo tiene valor
cuando no estás (a mi lado).
Anoche mientras nos hacíamos, descubrí que
mi casa solo es mi casa cuando tú duermes a mi lado
y que esto pasará en todos los sitios donde repose mis sueños
si es contigo.
Valoro tanto tu presencia
que como he dicho
tu ausencia se me clava
y solo con mirarte vuelvo a vivir.
Valoro tanto tu tiempo
que solo quiero rellenarlo de risas
que curen por dentro
el mar de tu pasado
para que dejen de ahogarte el corazón.
Quiero decirte, que besarte es algo parecido a caminar por las nuves. Que es fácil poder caernos, pero desde que te beso, tengo más abiertas las alas y sabes muy bien que jamás voy a soltarte, cielo.
Quiero decirte, que dormirte es todo lo que la poesía se guarda para ella, y eso es lo más bonito que tiene.