sábado, 6 de diciembre de 2014

Acompañarte en las batallas




Que por tenerte no sé lo que haría
quizá me tiraría por tu bahía
cada día.
Y caería una y otra vez.

Quizá me ahogaría en tu risa
y nadaría en tu llanto
para poder respirarte después
y reírnos y perdernos
y encontrarnos entre abrazos.

Llenaría el vacío con tus gritos
y vaciaría un estadio entero
solo para hacerte el amor a solas.

Especializarme en tus manchas de nacimiento
y graduarme de tus besos,
investigar cada una de tus células
y sacarme la carrera de tu barriga.

Recorrer el mundo en tus pechos
y hacerlo beso a beso
Pausa a pausa
Y sin frenos.

Que quizá sea eso, perdernos entre bostezos
Encontrarnos entre estaciones
y volver a perdernos en tus sabanas.

Quizá sea eso, lo que haría
quererte de por vida
sin peros ni probabilidades.

Quizá deba dejar las posibilidades
porqué el quizá no existe
cuando se trata de nuestras mitades.

Eso es lo que hago, quererte las heridas
y amarte los sueños
y acompañarte en las batallas.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Sin poesía pero con magia







Somos personas y lugares,
eres la copa de los bares,
te bebo y te sales
y vuelves, y no sabes.

Que somos París y Roma,
somos Llimiana y Barcelona,
somos Sidney y Nueva York,
somos tu y somos yo.

Utilizarte como anfetaminas
y deslizarme en ti como el jabón
Llamarte tonta cuando lo seas
y hacerlo también cuando no

Me bastan cinco minutos para explicarte hoy
que desde esta mañana hace doce semanas
yo ya sabía que ibas a ser tu

Que poco a poco y sin miedo y sin reposo
Tu y solo tu clavarías mis temores en los fosos.

Y sin rima y muy pocas consonantes
Te llevo siempre en mis sueños por delante
Sin poesía pero con magia

Algún que otro verso susurrado
Y alguna que otra caricia dada.

Llámame amor, porque mi vida es un desastre
Llámame algo, y arreglemos nuestras frases.

sábado, 4 de octubre de 2014

No me hace falta más

He tenido tanto de lo que huir
que solo me sale correr hacia adelante
pero hoy
justamente hoy, estoy aquí, delante tuyo, amor.

Estoy delante de todo y de nada a la vez,
delante de mi doble
delante de mi polo caliente,
porque de norte y de frío contigo no entiendo.
 Y me sobra ropa y espacio
y me faltas tu.

Eres mi brujula, mi mapa y mi tesoro.
Que da igual en que punto me mueva -o me pare-
tu, estás en todos.

Y hoy, por fín, me he parado contigo
y en vez de mirar atras, siguiendo el topico
solo he mirado a mi lado, y no estás, pero te siento.

Te siento en cada celula de mi piel, en cada pestaña y en cada poro.
Te siento en cada uña, cada dedo y en los dos pechos.
Te siento en mis costillas y en mi espalda y en mi pelo.
Te siento en mi cuello cuando canto y cuando creo que te beso.

Y falta no hace decir que te estoy echando de menos,
cuando ni tiempo me ha dado a echarte de más,
que por ti transformo mis miedos en sueños,
y que para hacerme feliz cuatro letras no han de faltar.

Una palabra con doble sentido, hacia delante y hacia atras.
Que contigo es el camino por el que quiero caminar.
Anna, contigo no me hace falta más.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Me basta con quererte a ti

Quiero convertir cada calle en poesía para hacerte dormir. Quiero convertir cada semáforo en un atrapa sueños que te quite todas las pesadillas, y pasear contigo de la mano.

Y gritar al mundo que te quiero.

Quiero soñar contigo con los ojos abiertos y mirando al cielo. Encontrar una aurora boreal y perdernos entre sus colores. Y después, volver a la tierra, juntas, con el amanecer.

Y perseguirlo de tu mano, amor.

Quiero vivir cantando nuestra canción, incluso en la Luna. Y bailarla al son del viento y olvidarnos poco a poco de la letra mientras se para el tiempo.

Y hacerte el amor con nuestra canción de fondo.

Quiero nadar en el mar de tus caderas y hundirme en cada costilla, y salir a respirar en el hueco de tu corazón. Coger todo el aire posible y encerrarme allí. Con llave.

E instalarme en mi casa, mi hogar, tú piel.


Que por querer quiero demasiadas cosas… Que por querer quiero querer más de todo lo que quiero, amor. Pero para querer todo lo que quiero… Me basta con quererte a ti.


sábado, 13 de septiembre de 2014

Ll(amarte) siempre

Has llegado en el momento oportuno para abrazar mis pedazos y besarme los parpados para no derramar lágrima.
Te he acogido bajo mi pecho izquierdo, y he de admitir que el derecho le tiene envidia por tenerte tan cerca,
-aunque estés lejos-
Me has puesto el corazón de gallina y ahora tengo miedo. Mi pecho no podrá soportar quebrarse otra vez.
No puedo resistirme a tu voz, a tu acento.  Quiero tatuarme tu acento en los labios y pronunciarte siempre que tema perderte.
Voy a ponerle tu nombre al amor, a las calles que te rodean, a las sabanas que te abrazan y las almohadas que te besan.
Que envidia tengo a tu colchón. Ése en el que duermes, ése que roza tu piel sin remordimiento mientras sueñas en yo que sé qué. Que envidia tu ropa, que cubre tu piel del deseo. Pero esta noche, no se librará ni una de tus células de mis ganas.
Apaga la luz y enciende el alma. Que voy a susurrarte al oído todo lo que tu piel me clama. Voy a acariciarte el corazón, el caparazón y a quererte con razón.
-Preciosa-
Eso digo mientras te miro a la luz de la Luna. Con esas curvas y esa sonrisa que no tiene nada que envidiarle al sol. Eso digo mientras te acaricio  la cara y te beso en la frente. Con esas manos rozándome la espalda.
-Preciosa-
Digo ahora mordiéndome los labios por imaginarte a mi lado, amor.
Deséame. Y juro

ll(amarte) siempre. 




El olvido

Me quedé en el olvido,
perdida, sin saber.
Tu abandono sin sentido,
me dolió y no sé porqué.

Tantos días esperando,
a que vuelvas, sentada,
en frente de la puerta,
me dormía cansada.

Tu voz por las noches,
tus manos frías, me abrazabas,
y yo lloraba, perdida,
al saber que ya no estabas.

Mi madre, mi hermana,
hombre sin vergüenza.
No me sirven tus palabras,
de amarga mentira.

Vete, no quiero verte,
no me creo tus suplicas,
ya no me sirven,
todas esas mentiras.

Padre no es el que hace,
sino el que cría,
y tu no eres padre,
solo un hombre de mentiras.



viernes, 12 de septiembre de 2014

Una cadena

Te alimentaste de mi,
de lo que quedó de mí ser,
las capas de amor que te di,
y las que me quitaste ayer.

Me desnudé ante ti,
como la Luna, cada anochecer.
Me devoraste el alma,
y ahora me cuesta entender.

Desenvolví sin catar tu caramelo,
pero sé muy bien a que sabes.
Sabes a un amargo recelo,
y a llamas de odio infernales.

Desnudaste lazos felices,
los complicaste sin más.
Ahora que intento buscarte,
tengo una cadena detrás.

Una cadena fuerte,
de recuerdos que queman,
que pican y escuecen. 
Una cadena pesada.

Mas no pesa la cadena,
sino los recuerdos.
Aquellos que con locura,
nos hacen sentir cuerdos.

martes, 9 de septiembre de 2014

Pieles

Cómo esa lluvia inesperada. Eso eres. Me calas hondo sin preguntar y te cuelas en mi piel. Y yo me dejo. Y me da igual si llueves en otras pieles.

Me enfrías y me haces tener ganas de calor. Secarme y a la vez mojarme sin tener necesidad de ropa. Y yo me dejo.
Me empapas en pensamientos por la noche y contemplo la Luna, tan desnuda, tan brillante. ¿Por qué no puedo contemplarte a ti?

Tumbada en mi cama, de espaldas. Con la luz de la luna marcando tus curvas y dejándome ver tu tatuaje. Girarte y tenerte, ahí. En frente mío, mía un poco, sin serlo del todo.

Déjame dibujarte cuentos de hadas poco convencionales y escribirte corazones en el pecho. Que siempre he sido mujer de la Luna y ahora me llueves. Me llueves con lápiz en el pecho, y me llevas por ese sendero al que aún sueño por recorrer.

Déjame escalarte y trepar hasta lo más alto. Prometo no gritar mucho al llegar arriba, solo te daré un beso. ¿Qué tiene eso de malo? Tú me calas hondo en la piel, y lo justo es calarte fondo el corazón.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Pedazo de luna




Voy a morder un pedazo a la luna
Para curarte el corazón, pequeña
Y así desearte buenas noches
Mientras miro tu pedazo desde mi cama
Y deseo que tú estuvieras aquí.


Voy a gritar tu nombre,
Y muchos de sus sinónimos
En medio de la calle, amor.
Y me dará igual la gente


Y no descansaré hasta descansar a tu lado
Y no desearte buenas noches a través
De una tecnología fría

Sino susurrártelas y dártelas. 

sábado, 30 de agosto de 2014

Mi hogar

Es de noche y quiero leerte. Leer cada palabra con mucho cuidado y besar cada letra. Subrayarte y ponerte marca páginas en las escenas en las que siento contigo lo que no siento con nadie más.

No te tengo cerca, pero te siento encima de mi piel. Y siento que la piel me estorba y me faltas tú. ¿Por qué lejos? Ese es mi único problema contigo. Y digo problema porqué se me haría muy difícil echarte más de menos de lo que ya te echo.

Y no me queda más remedio que escribirte… Y que placer oír tu sonrisa medio cortada por tus suspiros a través de la distancia. Ni te imaginas lo que me llega a producir ese pequeño sonido.

Mi cosa favorita en el mundo se funde contigo, y hasta hace una semana no sabía que podía existir el paraíso en forma de persona. Cuando te escribo y te leo, y te tengo… Siento que estoy caminando entre las nubes, pisando el agua.

Siento que me atropella el tiempo cuando hablo contigo… Quiero tenerte conmigo antes de que sea tarde y esté debajo de todos esos días en los que podríamos haber reído a penas a unos centímetros la una de la otra.


Solía decir que mi hogar era mi tierra y que jamás me movería de aquí por nada del mundo…  Lo retiro, lo retiro una, dos y mil veces. O vienes o voy, porque mi hogar no es otro sitio que allí donde estés tú. Mi hogar está donde esté el precipicio de tu clavícula. 








viernes, 29 de agosto de 2014

Actos de guerramor



Voy a irrumpir en tu habitación y asaltar tus sabanas, porque creo que no hay nada más bonito que pedirte que pongas las manos en alto y dejarme hacerte tocar las estrellas. Y te aseguro que no hace falta saltar mucho.

Voy a estrecharte entre mis brazos y acurrucarme en tu espalda para esconderme de esos a los que el diccionario llama defensores del pueblo, pero no son otros que esos que cumplen órdenes de un gobierno que no es el nuestro.  

Y desde ahí, detrás de tu espalda, te contaré cuentos para llevarte conmigo a un sitio donde las hadas son lo de menos, lo que cuentan son los polvos mágicos.

Y allí, hacer volar tus ganas y trepar tus miedos. Y que se escondan ellos. Que voy a tirar la sabana por la ventana para que el mundo vea aquello por lo que muero. Que tu cuerpo no es menor medicina por no salir en los libros, porque tu piel, te aseguro yo, que me libera de todos mis demonios.

Y después, seguir el contorno de tu pecho con mis dedos e intentar no susurrarte jamás estas palabras, por miedo a tu miedo. Miedo a tus actos de guerramor que siempre terminamos en tu cama.

Callarte a besos esas palabras que tienes miedo de pronunciar y comérmelas antes de salir de tu boca, porque sé que eso te libera. Y entonces, silencio absoluto en una mezcla insoluble nuestra mientras te paso esas palabras a las que yo tengo miedo.  

Mirarte entre líneas para evitar que me arañes amor y me salga la guerra y susurrarte el alma para conseguir que te enamores de ti. Que no es mejor el que se sube a la cima ni peor el que sujeta los cimientos… 

Porque voy a darle la vuelta y no precisamente a la tortilla. Y entonces, cuando  tengas rostro de perfecta sumisión… Te latiré los versos en el oído y te clavaré caricias en la cara. Porque será entonces cuando no podrás decirme que no sin antes hacerme el amor. Y será demasiado tarde para proclamar la guerra. 



Caladas

Dices que no fumas y sin embargo te gusta dar caladas a un cigarro de vez en cuando. Y haces poesía. Es doble manera de morir poco a poco.
Yo estoy aquí, sentada mientras hablo contigo y sin ti. Hablo conmigo misma y juro que pienso que no me faltaría nada si te tuviera aquí a mi lado.

Quiero ser ese cigarro al que aunque no te guste das caladas y haces poesía. Quiero convertirme en la poesía que creas, quiero ser esa bonita forma de morir para ti, y a la vez, quiero ser esas ganas de levantarte cada mañana.

Bastaría con verte sonreír con la cara expuesta al sol y sentir el brillo de tus ojos clavarme tus pupilas. Abre tus alas y déjame darles besos y cuidarlas. Que no te obligo a quedarte conmigo ni quiero que te vayas.

Qué difícil es intentar no tenerte miedo, porque con los sentimientos no se juega y no los puedo controlar. Soy viento. Soy un humo que afecta a tus pulmones dificultando tu respiración, y no quiero ser eso. Llámame bipolar, pero cuando te tengo miedo es cuando más te quiero.

No quiero herirte por nada del mundo, pero sería todo un placer que si alguien me tuviera que hacer daño, fueras tú. Dios, no paro de sacar lagrimas. Caen como las rimas en mi cabeza.


Ven, vamos a bailar. Da igual cigarro o humo. Juntas seremos más. Seremos poesía. 


jueves, 28 de agosto de 2014

Poesía

Cuando me dices que no te gusta tu acento me echo a reír. ¿Cómo no te va a gustar la más perfecta de las melodías? Te daría mis oídos para que pudieras sentir lo que siento al oírte. Ese acento tan característico de una niña muy peculiar. No he encontrado palabras para definirlo, no he encontrado adjetivos ni verbos que puedan jugar con el sentido que le da a mi vida, ese acento tuyo.

No he encontrado nada más que versos. Pues es ese acento el que quiero. Quiero tu acento para mi poesía y para mi corazón. Quiero tu acento tumbado en mi colchón. Y mientras tanto, poesía, serás mía.

Jugaré con cada punto y seguido de tu boca y dejaré caer las tildes encima de tu clavícula para poder recogerlas a versos. Abrazaré tus cicatrices para tapar tus heridas, poesía.

Sentiré cada letra en cada latido y juro no dormirme hasta haber conseguido traerte la Luna. Y ya será de día. Tendrás la luna dibujada en la nuca, y así tendré una excusa para abrazarte y curarte más heridas.

Serás mi esdrújula favorita en esas líneas de Lorca o Góngora. Tal vez también Quevedo. ¿Qué sabían ellos de poesía, si no tenían tu acento clavado en la cabeza como si fuera la más bella rosa de espino?


Yo no tengo pupilas azules pero si sé que es la poesía. Y no eres tú. Tú eres su acento, eso que hace que ella en sí sea tan bella. Eres el sentido de los versos. Eres todo lo que le falta a la poesía, y poesía es lo que me sobra a mí contigo.


Tiempo contigo

Cuando llegaste a mi vida eras sin lugar a dudas una pequeña pluma enganchada a un árbol. Te creías libre, pero estabas atada. Y ahora, te veo y no te reconozco, y admito que me sorprendes. Me sorprendió la fuerza que tuviste un día al abandonar ciertas cosas, y me sorprende la fuerza que tienes ahora para admitir tu debilidad.

¿Y qué quieres que haga yo? Si siempre he intentado evitar el tema. Que sé que soy escéptica a veces, y que el colchón será siempre mi lugar favorito para demostrar amor… Pero, el papel es mi válvula de escape y tú vas a ser ese humo que eche.

Me quemé un día intentando liberarme de mis pensamientos, y desde ahí, vivo en un constante incendio al que no hago más que echar leña. Llámame tonta, llámame idiota, llámame, pero hazlo. Llámame, porque tienes la voz más bonita que he oído susurrar, y no sabes lo que daría por oírte ahora mismo. Una pequeña palabra o quizás uno de tus textos.

Que sí, que a veces te necesito más de lo que tú, pero no me voy a privar jamás de tener el placer de tenerte. ¿Por qué debería?

No hay bombero que apague mi fuego con esas bombas. No quiero mangueras ni agua. No quiero más hechos esclavizados de la sociedad a la que ni siquiera prestamos atención. Quiero palabras sinceras, versos con los que se me caiga la bandera y no tenga más remedio que taparme la cara de vergüenza.

Que odio la típica excusa que tienen los tíos de entrarte pidiéndote un cigarro, y luego, añaden esas típicas frases extraídas de internet. Ya no me valen esas cosas, ya no me valen las cañas lanzadas a kilómetros del mar, por miedo a que te coman los peces.

Y quiero tener miedo a abrir los libros por miedo a que me traguen sus palabras. Quiero nadar en poesía. Quiero bañarme en su mar para poder decir que no hay nada como el agua salada de la mirada enamorada. Sonará egoísta, pero tiempos hace ya que quiero por mí, y busco por mí la más grande de las alegrías, y no alergias que muchos disléxicos me confunden. Y entonces, me confunden el corazón.

Quiero amar al agua, tanto como amo las palabras, y entonces, bañarme en todos los mares imaginarios, y que tú estés en tantos de ellos como posible sea en el tiempo.


Hasta el momento… Solo pido             tiempo      contigo. 



A veces la gente me pregunta que cuantos amigos tengo. Cuando lo hacen me río. ¿Amigos? Existen pocas personas a las que pueda llamar así, y les contesto que puedo contar a mis amigos con los dedos de una mano y aun así me sobran.

No dudes que tú ocupas uno de esos sitios. Quizás es el más grande. Porque antes de conocerte solía sentirme sola y apartada de mucha gente, tenía compañeros y falsos amigos. Pero cuando tú llegaste, lo hiciste para permanecer. Y lo agradezco en lo más profundo.

Porque un amigo no es aquel que te compra alcohol en la discoteca o aquel que te ayuda a engañar a tus padres para salir de fiesta. Y me enorgullezco de nosotras cada instante que paseamos por Granollers en busca de libros. Me gusta no ser normal y ser diferente del resto de las personas, y cuando poco a poco te convertiste en lo que eres hoy para mi, vi que a ti tampoco.

Has estado en todos mis momentos pasados, presentes y futuros.  Porque hemos vivido más vidas, y estoy segura que en todas ellas te he encontrado. Quién sabe, quizás has estado grabando películas con productoras famosas mientras yo escribía el guión de esas. Nadie lo sabe, pero podemos repetirlo, y lo repetiremos, estoy segura.

Hemos tenido baches como todos, yo por mi cabezonería y tú por tener que aguantar cada berrinche mío… Gracias.

Gracias por aparecer así, de sopetón, enseñándome que las apariencias engañan. Gracias por pisar tan fuerte en mi vida que has hecho temblar hasta los tabiques de falsos amigos. Gracias por tambalear mis dudas y restablecer mi confianza.

Puedo parecer pesada a veces, ¿verdad? Con un amor rondando la cabeza y varios intentos fallidos por olvidar. Tú, pese a todo has estado en cada caída y me has ayudado a levantarme. O te has tirado conmigo y has dicho: “Qué? Veiem les estrelles?” y seguidamente observamos el cielo desde el suelo.

No sabes lo muy agradecida que estoy por haber formado parte de tu vida durante estos años pasados, y lo ilusionada que estoy por pasar los que nos quedan. 

No me importaría ser inmortal si tú también lo fueras. ¿Hay algo mejor que vivir para siempre teniendo a tu mejor amiga viva contigo también?

Si pudiera recibir tiempo lo usaría para viajar allí donde siempre hemos soñado, ir leyendo un libro en el avión, o dos, o tres. O qué coño… Comprarnos nuestra casa y dejar una sala enorme con miles de estanterías para nuestros libros. ¿Qué te parece? A mí me entran muchas ganas de empezar nuestra pequeña gran colección.

Quiero estar contigo cuando cumplas tu sueño, porque… Lo harás, y estoy tan segura de ello como que la ciencia no es del todo exacta y siempre hay un error. Ese error que nos hace querer tener siempre razón, y yo tengo mucha razón cuando digo que tu no caerás en ese error.

Eres lo más parecido a una hermana gemela que he tenido nunca, eres la mejor amiga que se puede tener y eres y siempre serás mi compañera de viajes lectores.

No quiero tener que describir todos los momentos que hemos pasado porque no puedo.
No creo que pueda pedir más, porque contigo ya lo tengo todo.
Muchas gracias por ser tú, Esther. Te quiero.



Mis vías

Mis venas son vías desfiguradas por donde solo pasa tu tren.
Un tren que no tiene ninguna parada, solo circula, sin pausa pero sin prisa.
Has llegado más rápido que la luz a mi vida, y me has pillado con los brazos abiertos y el pecho de par en par,
Y has aprovechado y te has colado dentro.
No te voy a dejar salir.
Porque contigo han saltado todas las alarmas y han cerrado las demás estaciones, aquellas que no tienen el placer
De ver pasar tu tren desde el andén.
Me gustaría que tu tren llegase a mi ciudad
Hoy… Y a poder ser… Ahora.
Pero voy a enumerar todo lo que quiero hacer contigo:

Temblar las dudas de la distancia
Estabilizar nuestras confianzas
Quitar los miedos de las vías
Unir las fuerzas, unir las vidas.
Internacionalizar nuestros cuerpos
Erradicar nuestros kilómetros
Recorrer años juntos y…
Olvidar el pasado.



Que me voy a enamorar de tus miedos, para que así, ellos te tengan miedo a ti. Me voy a enamorar de tus manías, me voy a enamorar de tus “pero”, y también de tus “no sé”. Me enamoraré de tus virtudes y tus “ya lo sabía”, y también de tu voz. Tu acento. Tus pedazos.

Dios, no sabes lo enamorada que estoy de tus pedacitos y cada espacio de separación entre ellos…
Tanto que tengo pensado juntarlos a versos y quedarme con ese espacio quitándoselo a besos.


Mi 20

Me quedan asuntos pendientes, pendientes porque me pesas desde hace tres años y no quiero soltarte. ¿Qué por qué? Porque me siento viva.  Me siento viva contigo aunque poco a poco me matas con ese dulce veneno, ese que tus labios contienen y jamás tendré el placer y dolor de probarlo.

La gente dice que me libere de ti. Que me libere dicen… Están más locos aun que yo. Yo te tengo, y me sigues perteneciendo desde que fui el motivo de tu sonrisa, y ahora, me da igual que lo sea otra, yo tengo mi parte en todo esto. Y aunque sea a medias, eres mío, mío de muchas maneras, maneras innombrables.

Mío de sangre, de corazón, de razón y caparazón. Somos piedra y aire. Eres aire. Aire y agua que me modela a su gusto con el paso del tiempo. Solo me dejo modelar por ti, y cuando te tocan, debilidad mía fácil de adivinar, me rompo. Me rompo en las mitades en las que me rompí hace años… El pegamento de besos no ha funcionado conmigo, porque no has sido tú quien me los ha dado.

No dejes nunca de dolerme, porque cuando me dueles sé que sigo aquí… Enorgulleciéndome de mi misma al saber que día a día, volviendo a sufrir como aquel veintiuno de diciembre, me sigo levantando con una sonrisa. Falsa tal vez, pero sonrío… Aunque no sea de la manera en que lo solía hacer cuando iba para ti. Para tu vista y tu voz. Recuerdo que te encantaba oírme reír a través del teléfono cada noche al llamarme tonta y meterte conmigo.

Bonitas noches aquellas en las que maldecía cada puto kilometro que nos separaba, bonitas noches estas en las que te escribo y maldigo cada puta palabra que te guardas. Pero… No digas nada, no dejes de dolerme.
En cierto modo hay diferentes maneras en las que me dueles, ¿Sabes? Están los días en que como hoy miro al horizonte del mar y pienso… “Allí, detrás de toda esta agua está él” y no me queda más remedio que bucear para evitar que salgan las lágrimas. Están los días en los que ni me levanto de la cama, por miedo a echarme a llorarte, llorar de ti, llorar a la chica que solía ser contigo, llorar a la chica que no escribía ni tenía el corazón partido. Están esos otros días en los que de noche desearía que me desnudasen tus palabras mientras me susurras al oído todo lo que me has echado de menos y la Luna se retuerce de envidia al vernos juntos.

Están los días veintiuno en los que, joder, no me salen las palabras. Lo nuestro va de veintes. ¿Casualidad? Empezamos a principios, con tú mayo y nuestro julio, la cosa sigue con mi noviembre y nuestro diciembre. Empezamos con puros veinticincos, y seguimos y acabamos con dos veintiunos.

Eres veinte, un veinte que me hace valiente cuando en realidad lo que quiero que me haga es verte. Volver a verte porque cuando te veo… Dios, no dejo de sonreír.

Cinco meses dan para mucho… Y tres años para más. Deja que sea tu veintialgo y yo prometo que tú serás todos mis números. 





viernes, 8 de agosto de 2014

Mi libro favorito




Esta mañana me he despertado con sed, de ti y de nosotros. De todo aquello que pudo pasar pero no pasó. Y es quizás la parte más triste de nuestra historia, lo que habría sido nuestro futuro, todo aquello que imaginamos un día sin venir a cuento ni leerlo en cualquier libro de nuestra estantería. De esos viejos que nadie quiere leer por miedo a no sentirse vivo, pero tú, siendo la historia más antigua de mi vida, sigues siendo mi libro favorito. Ese que leo de noche y de día, que re-leo siempre que llueve junto con un café y llevo en el bolso al pasear por Barcelona.

Barcelona siempre me pareció bonita, hasta que llegaste tú a partirme los esquemas. Porque antes de ti, las calles parecían completas y ahora no hay nada más vacío porque tú vives en otra librería. Barcelona necesita tu olor y tus pasos para embellecer cada calle, ya que a veces Barcelona no es más porque tú no me echas de menos.

Y si te re-leo una y otra vez es para recordar el porqué de nuestros ya sabes y el quizás de nuestros siempre. Porque no hay historia que me parezca tan inigualable como aquella que nos inventamos. Aquella que nació de un juego y que murió cuando un jugador creyó que perdía la partida, antes incluso de saber que la estaba ganando.

Porque la espera no siempre es buena, pero hay veces en que leyéndote me siento contigo. Esperando al metro para pasear por el interior de Barcelona, esas vías tan desiguales y esos trenes tan llenos de gente. Como nuestro libro. Tan desigual y tan lleno de gente que estaba tan vacía.

Pero… Hay algo que me gusta mucho de nuestras  páginas y es que nunca se acaban, porque siempre hay algo que añadir entre tú y yo… Alguna palabra mal dicha en algún mes de frío, o alguna lagrima caída en algún mes de calor. Porque tenemos nuestros extremos, ¿Recuerdas? Entre julio y diciembre, calor y frío, tu y yo. Dos aguas tan diferentes y tan parecidas en el interior.

Qué bonito tiene que ser verte pasear despreocupado y sin dirección. Moverte al son del viento con tal de no despeinar esa corta melena que ya no es la de antes. Nada es lo de antes, pero todo sigue siendo lo de siempre. Todo ha cambiado, y no sé si para mal o para bien. Yo ahora escribo con un grito ahogado y sollozando en frente del ordenador, y tú haces que otra grite y solloce en tu cama. Cambios parecidos, algunos merecidos.

Gran mentira la mía si digo que la envidia, la tiene que tener tal chica que se acuesta en tu cama por tal historia nuestra, porqué en realidad soy yo la que desearía estar ahí, pero no para acostarme contigo, sino para acostarnos juntos. Hay grandes diferencias entre cada matiz y tú fuiste mi grande. Porqué una cosa es acostarte con alguien por y con gusto, y otra es acostarnos con alguien por y con amor. Verbos similares y formas diferentes.

Tal vez seamos eso, un lío de verbos desconjugados y una lista de palabras interminables.

Tal vez sea un quizás que siempre tendremos en nuestros “yo nunca”, quien sabe. Yo no.








domingo, 15 de junio de 2014

Hicimos y deshicimos el amor

Duele sentirme como una extraña a tu lado, que te di mi vida, mis secretos, mi alma. Te he contado mis pros y mis contras, me has visto en todas las facetas de mi vida, y ahora no conozco ninguna de las tuyas. Me cuesta saber que hay gente que te conoce más que yo, que era la persona que más te conocía. Saber que otra chica lleva puesta esa camisa de botones que yo desbotoné hace un par de meses. Que salta entre las sábanas en las que hicimos y deshicimos el amor. Que besa los labios que recorrieron mi piel centímetro a centímetro. Que se recuesta en las piernas en las que cada mañana encontraba el paraíso a oscuras, entre beso y beso. Que abre el armario donde guardábamos el miedo. Que camina cogida de esa mano que me acariciaba la espalda cuando lloraba. Que toca el timbre de la puerta que me abría paso cada mañana y se despedía de mi cada noche. Que apoya la cabeza en la almohada donde soñé pasar mi vida contigo. Cuesta saber que esa chica pasa por donde yo pasé. Pero por donde pisa una leona, una gatita no deja huella. Y te darás cuenta tú, cuando al más mínimo fallo que cometas, será ella la que te dirá que te follen. Y entonces no estaré, porqué tu te follaste a quien te falló, y a mi me fallaste, cuando yo quería contigo algo más que follar.


jueves, 5 de junio de 2014

Persiguiendo amaneceres

Y quiero seguir despidiendo atardeceres y huyendo del sol entre las sabanas. Sigo queriendo perseguir amaneceres contigo, sin prisas y sin tener que correr. Quizás sea demasiado precipitado querer llevarte a la Luna, querer tratarte como una estrella y pretender que me ilumines tanto como Sol. Solo quiero que seas ese cuerpo que venga a mi cuando lo necesites y que sepa cuando lo necesito yo